Perfect Blue (1997) es la primera película del dibujante Satoshi Kon, producida por el estudio Madhouse. Basada en la novela homónima de Yoshizaku Takeuchi, explora la psicología humana desde dentro y lleva a sus personajes a los límites de la locura.
Está considerada como una película de culto dentro del anime, y es una de las más influyentes a nivel mundial. Ha inspirado películas como Requiem por un sueño y Cisne Negro gracias al surrealismo de sus escenas y a la confusión constante entre la realidad y el sueño. También ha servido de precursora para sus otras obras maestras con argumentos impresionantes como la melodramática Tokyo Godfathers.
Estamos ante una película madura, que pretende criticar la exposición mediática y la dura repercusión social que existe para las actrices japonesas que exponen su vida y su intimidad ante millones de personas en los medios de comunicación.
FICHA TÉCNICA: DÓNDE VERLA


- Nombre: Perfect Blue
- Año: 1997
- Duración: 81 min
- Director: Satoshi Kon
- Guion: Sadayuki Murai (Novela: Yoshikazu Takeuchi)
- Música: Masahiro Ikumi
- Estudio: Madhouse
- Idiomas: Castellano y japonés
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SINOPSIS
Mima Kirigoe es una pop idol, una cantante japonesa que forma parte del trío de jóvenes artistas J-pop CHAM. Un día, su manager Tadokoro le anima a dejar su carrera para aventurarse como actriz en una producción de televisión, a costa de su propia salud mental. Rumi, de la agencia de representación de artistas, no está de acuerdo con la decisión.
La aparición de un fan acosador (Me-mania) y del misterioso blog El cuarto de Mima, donde se relata la vida de la joven día a día, harán que la joven comience a confundir la realidad y la ficción en un relato sobresaliente que bebe de la ficción de directores como Mamoru Oshii y su mentor Katsuhiro Otomo.
¿QUÉ SIGNIFICA PERFECT BLUE ?
Satoshi Kon cuenta en una entrevista en Youtube que se inspiró en el guion que el autor de la novela quería llevar a la televisión para crear su propia película. Fue así como surgió Perfect Blue (Azul perfecto), que nos explica con una historia madura que trata temas que en 1997 ni siquiera eran tendencia.
Hablamos del ciberacoso y de la suplantación de identidad. Dos fenómenos que vemos día a día en la red, pero que solo el director japonés supo ilustrar en los primeros años de vida de internet.
Es curioso cómo estos dos aspectos pueden llegar a transformar la personalidad de alguien, como termina sucediendo en Perfect Blue. Mima es incapaz de saber quién es ella misma porque su pasado en internet y en la realidad vuelve continuamente para torturarla.


Satoshi Kon nos pregunta con esta película quiénes somos. No se oculta detrás de efectos especiales innecesarios ni recurre a escenas sangrientas y pornográficas solo por morbo. En este sentido, es tan realista como su segundo film Millennium Actress.
Todos los elementos de Perfect Blue parecen estar colocados para confundirnos y hacernos ver a través de los ojos de Mima. Solo así podemos entender su determinación por ser una actriz o su pena por haber sido humillada en público.
Cuando llegamos al final de la película nos sentimos desorientados, porque no solo hemos visto como la joven cantante pierde su identidad, sino que hemos visto cómo la nuestra se iba desvaneciendo poco a poco mientras veíamos las escenas.
CRÍTICA DE PERFECT BLUE
El dibujante no estuvo solo en la tarea de crear la película. La mano de Katsuhiro Otomo, creador de Akira y supervisor de la película, se hace notar en el diseño de las escenas y en el toque ochentero de la paleta de colores. El estilo de dibujo es parecido a otra película del Studio Ghibli que se estrenó dos años antes: Puedo escuchar el mar.
Los colores son muy importantes. Los tonos azulados de la calle y del escenario donde ruedan la película tienen una función propia: enseñarnos la debilidad de Mima -cuando es actriz-. El rojo, por el contrario, nos comunica el frenesí de la sangre y de los sueños que colapsan la mente de la joven cantante.
Lo mismo sucede con la impresionante escena de la violación. En este caso se juntan tres colores: el azul para el escenario, el naranja para las caras de los violadores y el rojo para la propia Mima. Una serie de planos rápidos nos llenan de agobio mientras vemos cómo los colores se funden y Riku termina marchándose llena de ira.


Es una simbología muy bonita, y más cuando se tiene en cuenta el final de la película. El cielo es completamente azul (un azul perfecto) y Mima se gira hacia la cámara para decirnos que ella es la de verdad.
El único pero que le encuentro a la película es que no hace más evidente el hecho de que Rumi envidia la vida que tenía Mima como cantante. Si lo hubiera hecho más presente, hubiera sido más fácil entender los últimos veinte minutos.
Pero, claro, el encanto de Perfect Blue está en la confusión que genera en tu mente. Cuando terminas piensas que todo podría haber sido un sueño de Mima. A fin de cuentas, «no hay forma de que las ilusiones se hagan realidad», ¿verdad? Esta es la premisa que este film comparte con la última obra del director: la surrealista Paprika.
CONCLUSIÓN: OBRA MAESTRA
El genio de Satoshi Kon se manifiesta en la forma que tiene de manejar la tensión, de dejarte sin aliento en cada escena, siempre a la espera de lo que vaya a suceder. La película es un volcán de emociones, que empieza con mucha tranquilidad y se va volviendo cada vez más irreal.
Perfect Blue es una película con múltiples revisiones. El mensaje está claro, las consecuencias de la exposición mediática de las actrices, pero la dirección de arte y el desarrollo de la historia ponen el colofón a una auténtica obra maestra del cine de animación.
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